Mons. Cristián Roncagliolo Pacheco Vicario de la Esperanza Joven.

Hemos iniciado el año 2019 con nuevos bríos y llenos de esperanza. Lo interesante del hemisferio sur es que el nuevo año se recibe en verano, tiempo de vacaciones y de descanso para muchos.

Estimados jóvenes

Pastoralmente, lejos del descanso, es un tiempo intenso. Se multiplican las misiones, los trabajos, las escuelas de verano, las colonias urbanas y tantos proyectos de jóvenes que ponen en evidencia una Iglesia viva y misionera. También muchos jóvenes se preparan para la JMJ Panamá.

Un acento especial quiero poner en las misiones y en la JMJ.

Francisco nos ha invitado a ser una Iglesia en salida, que haga carne la sinodalidad misionera. Esto, concretamente significa que, más que preocuparnos de las estructuras de poder o de gobierno, o de los lugares que nos corresponden, estamos llamados a la misión, porque la Iglesia esta para evangelizar.

Las misiones expresan esta realidad apasionante del anuncio. Ser testigos es mostrar al mundo que Cristo quiere ser amado y servido; y que queremos que muchos mas lo conozcan y se conviertan. El corazón de la misión es el kerigma, es decir, la síntesis de la fe: que Cristo murió y resucitó por nosotros, que debemos convertirnos y creer en el Evangelio. Ahí esta la médula del anuncio y nuestro compromiso.

En tiempo de vacaciones somos invitados a ir a lo sustancial sabiendo que en la medida que seamos anunciadores muchos mas serán parte del Pueblo de Dios y conocerán al Salvador. 

El mes culminará con la JMJ Panamá. Justamente este encuentro es esencialmente misionero. En ella muchos jóvenes son renovados en la fe, en un verdadero laboratorio de experiencias de encuentro con Cristo. Y ese ardor adquirido es para ser enviados a la misión. 

Que este mes intenso en la evangelización y con una JMJ ad portas nos ayude a renovar el celo por anunciar al Señor. ¡Ahí esta la verdadera alegría! 

+ Cristián Roncagliolo Pacheco

   Obispo Auxiliar de Santiago

Vicario de la Esperanza Joven