Mons. Cristián Roncagliolo Pacheco, Vicario de la Esperanza Joven

Queridos jóvenes, nos aprontamos a celebrar el mes de septiembre, en el cual recordamos las fiestas patrias. Esta resulta una valiosa oportunidad para preguntarnos como estamos aportando a que Chile sea mejor y a que nuestra Iglesia salga adelante.

La tentación natural es que nos quedemos en una mirada crítica y cuestionadora; o que pensemos que Chile y la Iglesia son tarea de otros. Esta perspectiva, sin duda, es insuficiente para quienes han de llevar adelante el futuro de Chile y de la iglesia. 

Por ello este tiempo puede ser providencial para que pensemos como y de que manera me vuelvo agente activo del futuro; constructor de esperanza. Y para eso hay que ponerse a caminar, dando ideas, asumiendo liderazgos, concretizando anhelos y proyectos. En fin siendo ciudadanos activos de Chile y de la Iglesia, comprometidos con su mayor desarrollo.

¿Qué cosas se me ocurren como urgentes? Asumir liderazgos positivos en los diferentes ambientes. Cada uno, desde un lugar escondido puede transformar la historia. Hoy a muchos jóvenes que desarrollan investigaciones universitarias bastante poco conocidas pero que sus logros benefician a mucha gente; otros jóvenes desarrollan proyectos sociales que logran cambiar vidas; otros se dedican a generar ambientes sanos y cambian vidas también. En fin, mas que cosas grandes y llamativas hemos de hacer proyectos que nos convenzan y que sean capaces de cambiar, renovar o recrear la vida de tantos.

Son muchos los jóvenes que hoy, con entusiasmo y dedicación, están construyendo Chile y la misma Iglesia. Te invito a hacerte parte, a ser protagonista, a proponer, a actuar, a avanzar. Y te invito a hacerlo de la mano del Señor. Unidos a él nadie sobra, todos podemos ser artífices de un Chile y de una Iglesia mejor.

Felices fiestas patrias.

+ Cristian Roncagliolo Pacheco
Obispo Auxiliar de Santiago
Vicario de la Esperanza Joven